El frenazo en nuestras vidas, al que nos ha sometido y somete esta terrible desgracia, nos ha colocado como espectadores de nuestra realidad. Hemos podido visualizar la fragilidad de nuestro sistema de salud y a la vez la admirable calidad humana y democrática de nuestra sociedad. Esa calidad es producto de nuestros maestros, profesores, músicos, poetas, escritores, cineastas, grandes periodistas, políticos que lo hicieron bien convirtiendo en leyes los avances que provocaba la cultura y la educación, todos nos llevaron a alcanzar esta sociedad muy respetable que hemos podido contemplar desde los balcones. Ahora es el tiempo de valorarlos y animarlos. Necesitan un reconocimiento y un apoyo máximo para que vuelvan a darlo todo por la mejora de la sociedad, pero antes, ese apoyo máximo, lo necesita el personal sanitario y los investigadores para que nos saquen de esta etapa infausta y podamos compartir sin temor la educación y la cultura.

_CHE9440_2

Es una necesidad repensar la educación, la cultura y la sanidad para cuando pase este trance trágico.   

En mi artículo de este Blog LA INCULTURA NO ES UN OPCIÓN, del 20 de febrero,  antes de esta frágil normalidad, ya hablaba de la estrecha relación entre cultura y educación. Planteaba una propuesta de fusionar la educación y la cultura en un único proyecto.