LA ÓPERA | Es muy fácil aficionarse
Cuando hacía prácticas de maestro en el curso 73/74, en un barrio de Las Palmas de Gran Canaria, conocí a un profesor, de cuyo nombre no me acuerdo, que era aficionado a la ópera y me invitó a ver mi primera ópera en el teatro Pérez Galdós (¡cómo se lo agradezco!). Desde ese curso hasta hoy no he dejado de disfrutar del espectáculo más grande jamás creado (así es como he llegado a pensar hoy de la ópera).
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