13858956333_a29f866bf8_o (1)

Ya de muy joven comencé a escribir literatura comprometida como mi forma de lucha contra la injusticia y la represión. Era una literatura al borde de la demagogia, cuando no totalmente demagógica. Recuerdo una frase con la que, con veinticinco años, definía el capitalismo, decía solemnemente: el capitalismo es una fuerza que nos invita a competir para luego derrotarnos. No se puede hacer literatura con frases como ésa; sacas al lector del texto porque presiente que le estás adoctrinando. Desempolvo estos dogmas porque con los años se pierde el pudor y ya no me importa el qué dirán.

Leer más →