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De amateur a profesional

| La oportunidad me va a coger escribiendo

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Después de cuarenta y dos años de teatro amateur y veinte años de guionista, he decidido, con más de sesenta años, ser profesional del teatro y del cine.

Esta decisión me ha creado muchas dudas porque sé que desde el punto de vista artístico voy cargado de vicios, y porque tengo un déficit técnico por mi formación autodidacta y, también, porque las fuerzas van mermando.

Pero después de recordar a toda la gente con la que he hecho teatro durante tantos años; gente sin pretensiones, pero rica en generosidad y pasión por su arte, he visto que mantengo, con más fuerza que nunca, esa pasión y generosidad por el trabajo artístico que he compartido siempre.

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Lo que va a cambiar ahora es que quiero probar a hacerlo con un equipo técnico profesional, aunque los actores y actrices puedan venir del mundo amateur o profesional, y que voy a dedicar todo el tiempo a mis obras y guiones.

Sé que el territorio del espectáculo y del cine está saturado y castigado, pero vamos a esperar que lleguen tiempos mejores y que haya oportunidades para todos.

Mientras llega la oportunidad no me queda otra que seguir escribiendo historias.

En cada guion me sumerjo en mundos desconocidos como la neurociencia, el poder, la trascendencia, el trabajo, la violencia, el amor, el sexo, etc., y cada historia me genera las dudas con la que nace la siguiente. Ya no puedo parar, así que si me llega la oportunidad de realizar mis obras me va a coger escribiendo.

Lo que no llevo bien es el pánico escénico que sufro y que me ha condenado a no dar la cara ni para saludar. Un día subiré a un escenario y diré hola a voz en grito.

 

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CURRICULUM

EN EL TEATRO

Recuerdo que mi primera obra de teatro como director y autor, con veintiún años, el año setenta y tres, fue una historia muy simple, casi un cuento, donde la mayoría de los diálogos salían del poemario Hojas de hierba de Walt Whitman. Whitman era un poeta que en aquella época respondía a todas mis preguntas, y sólo tuve que armar una serie de situaciones y conflictos, acoplarle los versos y ya todo vino solo. Y así siguieron seis obras mías originales y más de cuarenta versiones y adaptaciones de otros autores, desde Alfred Jarry a Jean Genet pasando Shakespeare, Lope de Vega, Lorca o Aristófanes, hasta costumbristas como Jardiel Poncela o el argentino Claudio Tolcachir.

Cuando elijo un autor para hacer una versión de su obra, y comienzo a buscar la premisa que lo movió a escribirla, y exploro su mundo, su historia y busco respuestas a las preguntas que me genera, y comienzan a aparecer los personajes con sus caras y sus gestos y su alma, y…, es que no hay placer más grande que recoger todo este material y llevarlo a escena y ver cómo tus compañeros actores y actrices van dando cuerpo a aquellos seres que sólo estaban en mi imaginación y, a pesar de que no trabajo con profesionales, algunos o algunas artistas acaban creando los personajes por encima de las expectativas que yo pretendía. Este trabajo de exponer los objetivos de la obra, que es lo que yo aporto al espectáculo, y darle cuerpo a la obra a través de los objetivos de los personajes, que es lo que aportan los actores, es el máximo de la creación artística, para mí. No es una creación colectiva, es complementaria. Los actores no aportan nada que no explique mejor mi propuesta. Yo sólo tengo que cuidar que no se pierda la unidad de la obra y contemos una sola historia, no la de cada uno de los actores y actrices.

EN EL CINE

Del cine tengo una experiencia más corta. Estudié guion durante tres años a principio de los noventa, y fui analista y profesor de guion en la misma escuela donde estudié. He participado en algunos rodajes y he rodado tres cortos.

En estos momentos tengo escritos ocho guiones de largometraje y no entiendo por qué sigo escribiendo historias si acaban todas en el cajón del escritorio. Sólo puedo pensar que lo hago porque cuando escribo puedo ver a mis personajes y me dejo llevar por ellos como si estuvieran ahí, y los siento y hasta me lían…, por ejemplo, en el último guión llegué a la animalada de 151 páginas, y, aunque intenté, después de las preceptivas veinte reescrituras, acortar la historia, no he podido. Da gusto levantarse a escribir deseando saber qué le va a pasar a Antonio o a María, y descubrir situaciones imprevisibles…, ay. Escribir y dirigir son dos placeres inmensos.

Por orden cronológico, después 1996, los guiones que no he podido representar ni filmar son:

“Mai mès”, es un monólogo donde el amor y la demagogia se hacen daño. Tiene 18 páginas.

“Nadie”, es una historia de amor y fanatismo que acaba en tragedia. Llega a 93 páginas.

“Rokalia”, (este guion si lo he podido representar) es un diálogo entre una máquina que hace de coaching y un ejecutivo. Tiene 63 páginas.

“Siroco”, cuento la historia de cuatro mujeres desarraigadas, que trabajan como grupo musical en un antro de mala muerte, y que van a la deriva. Son 73 páginas.

“La noche”, una mujer burguesa es maltratada psicológica y físicamente por su marido, y ella paga a alguien para que acabe con él. Hasta 95 páginas.

“El puesto”, una joven entra en un mundo de adultos donde hay un conflicto familiar enquistado, e, involuntariamente, acaba cayendo en una relación incestuosa. Ya son 114 páginas.

“La calle”, es una historia coral donde siete personas, con sus conflictos propios, viven siete soledades diferentes. También tiene halos de tragedia. Aquí nos quedamos en 116 páginas.

“La mirada”, también es una historia coral, pero hay un personaje, con un toque de fantasía, que observa todas las historias e influye en algunas a su pesar. En esta llegué a 151 páginas.

Estos guiones están escritos para ser representados o filmados.

Mi experiencia en el teatro hace que en mis obras domine el diálogo por encima de la acción. Con pequeños retoques las puedo convertir en textos teatrales.

Una cosa que me preocupa de mis historias es que los personajes se me van extremando y se van degradando y no quieren salvarse y no me puedo quedar con ninguno, no quiero ser ninguno.

246 comentarios en “De amateur a profesional

| La oportunidad me va a coger escribiendo

”

  1. Anónimo

    Te has dejado la participación en el festival de cine de Chicago, en noviembre de 2001, en el de Dresde, en 2007?. Los cursos de teatro con Enric Majó, la fallecida Anna Lizarán, Sergi Berbel, etc. También te has dejado el gran numero de jóvenes, ahora ya no tanto, que comenzaron a hacer teatro contigo de adolescentes y han seguido: Manel Sans, Fermin Casado, etc.

  2. Tomás Rodríguez

    No sé quién eres pero me conoces muy bien. Me has despertado nostalgia. Ya hablaré de ello algún día, cuando vaya perdiendo la timidez. Gracias, muchas gracias

  3. Pere Melero

    El resumen de los guiones en su conjunto es muy divertido. Todas las historias prometen.
    Es muy llamativo para mi, desde el desconocimiento de la creación literaria , lo que dices de tus personajes, que se van extremando y degradando, y que no quieren salvarse, como si no se pudiera hacer nada … parece como si escribir representara entrar en otra dimensión. Muy interesante el tema.

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