1/8/2016

He comenzado el proyecto de mi primera novela. El punto de partida fue una reflexión que dejé en mi diario el día 25/7/2016. Hablaba del relato Mike Mentzer:

“Adela también escucha en la grabadora que le puso a Wilson para ver cómo descansaba por las noches, las conversaciones entre las asistentas cuando entran en la habitación. Este tema no lo domino, pero yo creo que cuando invadimos la intimidad de las personas le estamos robando su libertad. Voy a aplazar este tema para futuras historias.”

Pues comencé a darle vueltas al tema del voyerismo y la libertad y poco a poco se va consolidando la posible premisa que me hará arrancar la novela.

2/8/2018

Estoy leyendo teoría de la novela y veo que tengo mucho terreno ganado, con mi práctica en la escritura de guiones, en la construcción de los personajes y los diálogos. Casi todos los teóricos que he leído me han aportado técnicas que no conocía y consejos que me pueden ser muy útiles.

3/8/2016

He visto dos tutoriales sobre la escritura de novelas de dos grandes autores, Vargas Llosa y Paco Ignacio Taibo II. Vargas Llosa habla de su técnica para escribir una historia y de entre estas historias habla de La guerra del fin del mundo. Esta novela la leí hace más de treinta años. Habla de la guerra de Canudos en Brasil. Pero lo que me recordó esta novela es lo destructivo que puede llegar a ser un hiperlíder. O Conselheiro, Vicente Mendes Maciel, lleva a toda una comunidad a la destrucción, a finales del siglo XIX, porque consideraba que la república, que acababa de implantarse en Brasil, era un instrumento del diablo y que su comunidad era la defensora del buen dios. Los hiperlíderes son aquellos que dicen (parafraseando el principio de la palanca) dadme una causa y moveré el mundo, y yo añado, hasta descarrilar.

4/8/2016

Con Paco Ignacio Tabio II me he iniciado en la teoría de la novela negra. Era un género que nunca leía y mira por donde me propongo escribir una historia policíaca. Tabio me tumbó todos los prejuicios que yo tenía contra el género. Con él he aprendido que el género negro es una herramienta para conocer las personas y el mundo de la mayoría. Yo pensaba que la novela policíaca reflejaba el mundo del hampa, de la delincuencia, de la corrupción, de la noche, de la prostitución, la frialdad de los personajes, etc., y muchos tópicos más que se me habían encasquillado. Ahora comienzo a respetarlo gracias a Paco Ignacio Tabio II.

5/8/2016

Comienzo a crear un plan para realizar el nuevo proyecto.

1 -Conocimiento del género negro

2 -Exploración y documentación sobre el tema del voyerismo y la libertad de donde saldrá  la posible premisa (toda la fuerza está en la premisa, la premisa recoge toda la materia explorada en una frase y luego se produce el big bang, que es la obra).

3 -Ideas para la posible historia (no más de dos líneas de los hechos que voy a contar)

4 -Argumento (desarrollo de la idea, no más de una página. Un esbozo de lo que será la trama y el objetivo de la historia)

5 -Escaleta (estructura del argumento) (desglosarlo en escenas con sus objetivos propios) (de 60 escenas para arriba) (una media de 4 o 5 páginas por escena)

6 -Personajes (caracterización, universo y conocimiento profundo)

7 -Primer borrador (y a reescribir)

6/8/2016

He repasado mentalmente algunas películas del género y recordé Promesas del este (2007), de David Cronenberg, y me di cuenta que lo que más me había interesado era la historia de la enfermera (Naomi Watts), porque mi estilo es contar la historia de las personas corrientes y en esta película la heroína era una enfermera de vida sencilla y común.

7/8/2016

He empezado a ver películas sobre el tema del voyerismo y la libertad y he visto que es un tema de poco recorrido. La película que más se acerca al tema, de momento, es Las edades de Lulú (1990), de Bigas Luna, con guion del director y de Almudena Grande. He leído también parte de la novela en la que está basada y sigo sin entusiasmarme por el tema.

8/8/2016

En la película  Retratos de una obsesión (2002),  de Mark Romanet, Robin Williams prometía como personaje, pero al final era la pura ilustración de un trauma infantil. Sólo me aportó que las personas observadas a través del revelado de las fotografías parecía que actuaban contando con el revelador. Lo tenían presente y Robin Williams en lugar de ser un perverso se convirtió  el salvador del matrimonio. Espero que mi novela sea más creíble.

9/8/2016

Explorar qué es la novela negra me ha producido más satisfacción que documentarme sobre el voyerismo y la libertad. En la película Nicotina (2003), de Hugo Rodríguez, habla del poder de las redes para entrar en el mundo de las personas y de las finazas. Esta idea me ha gustado y me ha gustado que no haya una patología por en medio, sino que el voyerismo se pueda convertir en un vicio. En La ventana indiscreta (1954), de Alfred Hitchcock,  le pasa a James Stewart.

10/8/2016

Preparo un artículo sobre los siete pasos del proyecto para escribir mi novela. Cuando hago la tormenta de ideas para tantear una posible premisa me sale esto:

-BASES PARA ENCONTRAR LA PREMISA

-Voyerismos en vivo y en las redes

– ¿Tenemos información inútil sobre todo lo que nos rodea?

-¿Saber que alguien sabe cosas íntimas de mí coartan mi libertad?

– Saber cosas del alguien coartan su libertad?

-¿Necesitamos saber cosas secretas de la gente?

-¿Los creyentes actúan como si su dios los mirara?

-¿Cuando seamos totalmente públicos, en el futuro, llegaremos a actuar como si representáramos?

-¿Sabemos tanto de nuestros conocidos que seguimos en las redes? ¿Los conocemos mejor o actúan para nosotros?

– La banalidad del mal. Tendré que profundizar en las tesis de Hannah Arendt.

– ¿Nos estamos volviendo mirones a nuestro pesar?

Ya está madurando la posible premisa.

11/8/2016

Leo un artículo en El país de Muñoz Molina sobre el género y me hizo dudar de mi aventura de escribir una novela negra. Pero acto seguido leo un artículo de Franco Sampietro  en la revista Voltairenet y estas dudas, sobre si vale la pena entrar en esta literatura de tópicos, detectives, crímenes, corrupción, etc., quedaron despejadas. En un momento del artículo de Sampietro dice:

“Las dos son arquetipos del género y una y otra son mitos que no dejan de brillar; Casablanca de Michael Curtis y Blade Runner de Ridley Scott (basada en la novela del mítico -y místico- Philip K. Dik, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) son películas nacidas de la destrucción y la decadencia, y sin embargo, sus personajes son más reales que en la vida real. Sus situaciones, asimismo, no son más inverosímiles que las de la guerra antiterrorista, las crisis globales de la periferia, el consumismo del primer mundo o la paranoia de las metrópolis del tercero: espacios descompuestos de gente alterada sin chance de escapar de la marginación, la locura y la miseria, gobernada por una TV que refleja la tristeza y la neurosis del planeta, y una pesadilla política a lo Kafka. ¿Quién inventa una salida?”

Esto me basta para creer que vale la pena seguir.

12/8/2016

Sigo viendo películas del género, pero alguien me aconseja que vea una película de amor, Alabama Monroe (2012), de Felix Van Groeningen, y, a pesar de que es un género más próximo a mi estilo (sin la parte melodramática y demagógica), me di cuenta que me había distanciado de mi manera de contar las historias. Eso quiere decir que el deseo de entrar en el nuevo género ya es un hecho. Se va cumpliendo aquello de que cuando uno se va informando y va viviendo una nueva historia ella sola salta y ya no importa lo que has hecho antes.

13/8/2016

Sigo con mi artículo sobre el proceso de escritura de mi novela sobre el voyerismo y la libertad y, en una de las reflexiones, me sale la frase: Escribir es una aventura maravillosa. Esa frase espontánea, que viene del inconsciente, me está diciendo que ya tengo que empezar a escribir mi historia.

14/8/2016

No acabo de encontrar la premisa que me haga arrancar el proceso: idea, argumento, escaleta, personajes y primer borrador. El tema es tan amplio que me da miedo hacer sentencias y romper mi principio de generar preguntas y no respuestas. En mi guion Contracanto me preguntaba ¿qué es el amor?, en La mirada ¿la voluntad es objetiva?, en La calle, ¿existe la jerarquía natural?, y así, cada guión buscaba respuestas.

15/8/2016

Escuchando una conferencia de Gustavo Forero (Colombia), novelista y estudioso de la novela negra, a la que él llama novela de crímenes.  La novela de crímenes es una forma de denuncia social porque en la mayor parte de Sudamérica domina la anomia, no se puede confiar en la justicia y el estado y por tanto la novela de crímenes, como dice él, pone en evidencia las contradicciones de los estados débiles. Al mismo tiempo, en su análisis, hablaba que en occidente hay dos tipos de posturas, la novela negra que considera que el sistema funciona y que al final el criminal acaba pagando la culpa, y los novelista que creen que el mal es el capitalismo y busca la violencia dentro de nuestros sistemas, la violencia de género, los desahucios, la pobreza, la explotación, etc., es una novela donde el origen de todos los males es el capitalismo. En estos territorios, la anomia, la complacencia y los males del capitalismo tengo que situar mi historia.

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