1/3/2016

Superada la crisis de estilo vuelvo a la historia de Lidia. Creo que necesito entrar en el melodrama en este momento. Voy a crear personajes que hagan felices a otros personajes.

 

2/3/2016

Lidia y su amiga Juana están en su pub habitual. En el pub canta un nuevo personaje, Fali, que tendrá importancia en la historia. Juana intenta animar a Lidia después de la ruptura con Raúl. El camarero, Abel, que es muy conocido por ellas, intenta ligarse a Lidia aprovechando el estado de Lidia.

 

3/3/2016

Reescribo un artículo del blog donde apunto unos pensamientos deshilvanados sobre el arte, la libertad y la justicia y cuando los leo siento miedo de lanzar ideas sin profundizar ni estudiar, pero, en vez de encorajinarme y dedicarme a estudiar filosofía y pensamiento, me acordé de algo que decía un profesor de guion, los artistas no pueden ser intelectuales o pensadores porque estos tienen que crear verdades y el artista sólo tiene que crear belleza. Entonces comprendí el vértigo que debe de dar tener la responsabilidad de intentar crear pensamientos. Acepto mi debilidad como pensador y me reafirmo en esas ideas sueltas, y aparecerán en mi perfil.

 

4/3/2016

He conseguido una escena absolutamente melodramática, conmovedora y me he sentido bien. Lidia atiende al joven accidentado en el hospital y Raúl intenta acosarla para que vuelva con él, el joven se enfrenta con la voz frágil y dolorosa y hace que Raúl salga de la habitación:

Ella ni escucha. Sólo se fija en la cara descompuesta del joven.

LIDIA

(al joven)

Gracias, valiente. Nunca te olvidaré.

 

Al joven se le llenan los ojos de lágrimas.

Ella se las limpia con la mano y lo besa en la frente.

Hasta el momento yo pasaba a ser lector de mi guion cuando algo me decía que estaba acabado; ahora, gracias al diario, y me gusta, voy rompiendo esquemas de trabajo casi rutinarios, esto me está ayudando a romper el estado de confort en el que había caído. Había interiorizado la técnica narrativa de tal manera que podía escribir cualquier historia casi sin esfuerzo.

 

5 y 6/3/2016

Este fin de semana lo he dedicado a mi hobby que me ayuda a romper la rutina. He arbitrado, con el equipo de árbitros, el campeonato de Europa de las tres modalidades (la banda, el cuadro 47/2 y el cuadro 71/2). Necesito un poco de estrés y arbitrar te obliga a estar súper concentrado. Me equivoqué una vez y canté una carambola que no era y casi me muero.

 

7/3/2016

Vuelvo sobre el estilo y me sigo preguntando cuándo empezó mi desencanto con la condición humana. Recuerdo un poemario muy antiguo, de hace más de treinta años, que se titula 1957 (trata los momentos exactos de mi vida, entre 1957 y 1983, en los que recuerdo cuándo sentí por primera vez el miedo, la muerte, el sexo, el amor, la soledad, etc.), y lo releo, y al final del poemario dice:

“Quiero ir más lejos

porque

volver del pasado es doloroso.

Es un viaje en un barco a la deriva

que acaba encallando en el presente

y después del naufragio

flotan palos

y cadáveres hinchados.”

Leído esto veo que mi desencanto viene de muy lejos.

 

8/3/2016

He visto la ópera de Wagner El ocaso de los dioses en el Liceo (El ocaso de los dioses es la cuarta parte de El anillo del nibelungo, una historia basada en la mitología y las leyendas germánicas y nórdicas y estrenada en 1876.), la he visto sin pestañear porque desde la primera nota sentí algo que ya había comentado en uno de mis artículos del blog, aprender a disfrutar de las artes y convertir la belleza en necesidad te garantiza la soledad más placentera. Parecía una frase hecha, pero cuando me metí en aquella historia, de codicia, poder, traiciones y sacrificios, que abocaba a los personajes a la tragedia y que desbordaba emociones extremas, no podía dejar de sentir la soledad de ser insignificante ante tanta belleza.

Al final, Brunilda, el amor de Sigfrido e hija del dios Wotan, lanza el anillo del poder al río para que el amor vuelva reinar en el mundo. Cojo la idea, los dioses nos llevan al caos y el amor nos vuelve a encauzar.

 

9/3/2016

Lidia se presta voluntaria para atender a un paciente contagiado por el ébola. El joven accidentado la ve por la tv. y no cabe de admiración. Fali también ve la escena desde su casa en la tv. Reconoce a Lidia y se queda prendado de ella. Este amor que surgirá entre Fali y Lidia es un descubrimiento para mi manera de contar historias; parece un amor puro y eso no es propio de mis historias. Ahora trabajo a contracorriente porque estos personajes van a ser felices. No sé qué saldrá, pero siento que puedo escribir lejos de mi visión pesimista del mundo y me siento bien. No creo que vaya a crear paraísos, ni amores eternos, pero sí quiero escuchar qué pueden decir personas que se quieren de verdad.

 

10/3/2016

Releyendo mi poemario “1957” recordé cuándo empecé a escribir versos, tendría unos dieciocho o diecinueve años y acababa de leer El Quijote, entonces se me ocurrió anotar una serie de palabras en desuso e intentaba combinarlas haciendo que rimaran, una de esas palabras era “albar” (blanco) y recuerdo mi primer verso que empezaba “En el albar de tus ojos…” y no recuerdo más. Luego intenté imitar a Lorca y me mataba por encontrar la metáfora más bella, a mí me parecía insuperable el siguiente verso de Llanto por Ignacio Sánchez Mejía.

“la muerte puso huevos en la herida

a las cinco de la tarde”

A los veinticuatro o veinticinco conocí la música de Alfredo Zitarrosa, su poema cantado Guitarra negra, me fascinó, y quería imitarlo, su fuerza, su ritmo. Después seguí a Whitman, Rimbaud, Neruda, Rilke, San Juan de la Cruz y muchos otros hasta que a los veintinueve ya pude escribir mi primer poema que sentía mío. Estos primeros versos están muy abajo en un cajón donde sólo tengo escritos que traje de Canarias. No los he vuelto a leer. Un día los leeré para ver si sentiré vergüenza de ellos o me aclaran lo que soy hoy.

 

11/3/2016

La relectura de mi poemario “1957” me hizo ver un matiz nuevo del personaje de Lidia, además de pesimista, melancólica, versátil, frágil, pasional, épica, nostálgica, ahora es también inocente como uno de los personajes del poemario:

“…

María es mi vecina

y es mi actriz favorita,

yo la convierto en Isadora Dunca,

Elizabeth Taylor o Sara Bernart,

según el despertar.

Todo lo que hace lo veo

como si representara

una cantata

en un viejo teatro.

Sin focos, sin público, sin memoria

María entra ilusionada en su casa,

lleva un regalo en las manos,

y encuentra a Pol

con la joven en la cama,

en el catre, en el lecho, en el tálamo,

es la historia de siempre, María.

Allí inmóvil, sin tierra, sin patria,

sin madre, sin palabras, es la tragedia

más corta y grande que se pueda contar.

Tu instante eterno, ha nacido Venus.

Los impresionistas creaban el espacio

y el momento

sin una sola línea, sólo con el color.

Tú me has hecho presentir el tiempo

con ese instante en claroscuro y sublime.

La mañana se te volvió muy negra, María,

y la habitación debe de ser el infierno

de Dante, o la garganta de Saturno,

o la tumba de Drácula a media noche,

es el odio corroyendo tus recuerdos.

Llevabais un mes juntos.

Un mes juntos se cumple en ese instante…

Un instante que la hace envejecer

diez largos años a contraluz.

María, me gustaría vivir

ese momento, sufrirlo contigo.

¿Amar es dejar de odiar un poco?

Ese momento para no vivir

debe de ser un placer casi húmedo,

ya eres la dueña del mundo,

ya puedes decidir como lo dioses:

vivir o morir,

matar o hacer el amor

con furia… todos los placeres juntos.

Todo está tan junto que ya es nada.

María, no me creas. La envidia

me mata, yo sólo escribo y tú vives

o mueres si quieres. Mis versos no son

un refugio, son una barricada

para defenderme de tus preguntas.

Tú estabas en el parque sola,

leyendo “Amor y Muerte”

de Leopardi y él se acercó despacio

y por encima de tu hombro leyó muy suave:

“Creó la suerte al mismo tiempo

el Amor y la Muerte.”

Más suave.

¿Nació el amor o la muerte entre vosotros?

Quizá no quiera saberlo:

“Se suspende la función

por incomparecencia de la actriz principal.”

El amor romántico nunca muere

porque es traicionero como la sombra

y porque siempre hay poetas traidores.

María, ¿qué se siente cuando te aman?

No tan alto que ya me lo sé, niña.

Cuánta ilusión has puesto en algo tan barato

Ella trae un viejo regalo entre sus manos

para celebrar el amor por él,

por el hijo de su putona madre.

María no se ha enterado aún que

el amor es un placer que tiene las alas

muy cortas y las patas pringadas de mierda.

Es que no existe, es un acto de fe,

y es la venganza su apostasía.

María, ¿qué se siente cuando se odia?

…”

La inocencia es propia del romanticismo y me gusta. Lidia como María va a creer que sufrir por amor es más amor. Lidia no cejará en su deseo de amar. Voy a luchar para que consiga ser feliz.

 

12/3/2016

Lidia se ha ido de casa. Héctor, el marido de Juana, se contagia de ébola y Lidia lo atiende en la sala de aislamiento del hospital. Raúl, que observa la escena como jefe del hospital, presiente que algo pasa entre ellos.

 

14/3/2016

Repasando el artículo para el tutorial de teoría de guion de mi blog, veo, que al hablar del tono de la historia explico que el tono son los registros de la comunicación ( el género puede ser el melodrama, pero el tono puede tener pinceladas de mordacidad, de humor negro, de desasosiego, de crítica, etc.) y aconsejo que el tono tenga el máximo de matices para enriquecer a los personajes. Si los personajes son complejos más credibilidad puede tener la historia. Los personajes simples acaban convirtiéndose en estereotipos (el listo, el tonto, el ligón, el feo, el valiente, el cobarde, etc.) y los personajes complejos pueden llegar a convertirse en arquetipos ( personajes que pueden representar valores como la lealtad, la solidaridad, el amor incondicional, etc.), esto sí es difícil porque es darle una dimensión universal a un simple personaje de una historia simple, pero es un objetivo que no debemos olvidar como guionistas para huir de los estereotipos. Pues, como decía, gracias al artículo que preparaba repasé el tono de las treinta y dos páginas que llevo del guion y, el género, de momento, va a ser un melodrama. Descubro que está naciendo un nuevo matiz de la protagonista, Lidia, además de pesimista, melancólica, versátil, frágil, pasional, épica, nostálgica, inocente, creo que empieza a sentir deseos de venganza contra su novio Rául. Si se vuelve vengativa ya habré llegado a los nueve adjetivos de Lidia.

 

15/3/2016

El hecho de meter el ébola en la historia para hacer más épica la actuación de Lidia me está creando problemas. La enfermedad tiene tanto protagonismo y es tan peligrosa que me impide hacer que los personajes lleven una vida normal.

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