He perfilado la puesta en escena de la obra La Noche. En principio el decorado ha quedado en 12 sillas, cuatro mesitas, un tocador y la caja negra del escenario. La puesta en escena será una coreografía de movimiento y luz entre las sillas. Cada silla tiene un uso dramático diferente según la escena.
Conseguir la máxima concentración cuando escribo es algo que ya tengo a mi alcance. Es un estado en que nada importa, sólo lo que escribo. Antes escribía una frase o una escena e inmediatamente pensaba en lo que había hecho y lo valoraba. Llamo pensar a ver si era políticamente correcto, si estaba a la moda, si gustaría, etc. Esto me producía un desgaste, que añadido al trabajo propio de la reescritura, me mermaba a pesar de que no paraba de trabajar.
El personaje de Fali se vuelve cada vez más misterioso. Sus hijas, de dieciocho y veinte años, lo rechazan y tendría que buscar el motivo, pero dejaré que el personaje tenga una historia propia. Fali aparece por primera vez en la página veinticinco y ya la historia me pide que aparezca antes. Lidia tiene que creer en el amor para que el guion tenga un final feliz y Fali va a ser el personaje que le ayude a conseguirlo.
Como preparo el plan de proyecto (dossier con la puesta en escena del espectáculo, ficha técnica, historial del autor, la obra editada, etc.) de la obra La noche y además escribo artículos para el blog de bucaré producciones, el guion del amor, la historia de Lidia, la escribo a saltos. Siempre había escrito los guiones sin parar y como única tarea, pero esta nueva experiencia me ha aportado otra manera de escribir. Ahora cuando vuelvo a la historia de Lidia tengo la sensación de que los personajes tienen vida propia y cuando me siento a escribir parece que contara lo que han hecho y no lo que yo quiero que hagan. Está claro, que mientras hacía otras tareas, la historia de Lidia seguía activa en mi imaginación.
La Sociedad Coral Colón de Sabadell (fue un ateneo cultural de principios del S. XX), tiene en este momento sólo tres secciones, club de ajedrez, sección de billar y sección de juegos de mesa. Soy socio desde hace cinco años y cuando me pasaba por allí a jugar al ajedrez y al billar, en mis momentos de descanso, no podía dejar de pensar que había que volver a revivir las actividades culturales de las que disfrutó la entidad.
He intentado que las acciones de Lidia sean coherentes con su trabajo de cuidadora de un enfermo de ébola y me está forzando a hacer demasiadas intervenciones para justificar su comportamiento.
Superada la crisis de estilo vuelvo a la historia de Lidia. Creo que necesito entrar en el melodrama en este momento. Voy a crear personajes que hagan felices a otros personajes.
Reescribo la escena cuatro y comienzo a dudar del protagonismo de Lidia. En el punto de cambio del segundo acto aparece un personaje, Fali, que tiene cuarenta y siete años, desarraigado, es un músico de pubs y fiestas. Lidia conoce a Fali y comienzan una relación. Fali va adquiriendo una fuerza en el argumento que puede explotar y quitarle el protagonismo a Lidia. Esta historia quiero que tenga una estructura clásica, lineal, en tres actos, trama central, tres subtramas y protagonista única, por eso, saber quién es el/la protagonista es fundamental. Las dos historias anteriores, La calle y La mirada, eran historias con protagonista coral y todas las tramas tenían la misma categoría, cada historia avanzaba con su propio conflicto y todos los protagonistas de las tramas hacían el «viaje del héroe».
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